Decor Carmeli, ora pro nobis (Hermosura del Carmelo, ora por nosotros)
La Virgen del Carmen, le conocemos como la Señora del Lugar, es una devoción muy temprana entre los ermitaños del Monte Carmelo, tenían una capilla en el oratorio que se encontraba al centro de sus celdas, o ermitas y la imagen que presidía se encuentra sentada.
Será con el General de la Orden, Simon Stock, que "recibe" el escapulario como señal de hermandad con los frailes que habían pasado a Europa después de haber sido expulsados de Tierra Santa. Esta distinción es un símbolo de servicio, pues el escapulario es una prenda utilizada por los trabajadores del campo y otros oficios que designaban servicios humildes.
Es la Señora del Lugar, la Virgen del Carmen, quien hace una promesa que se le conoce como "promesa sabatina" y consiste en que quien use este signo de servicio (y sea servidor de los demás) será llevado a la presencia de Dios el sábado siguiente a su muerte.
No es de extrañar entonces, que en muchos lugares los Carmelitas en su rama de la Orden Seglar, se dedicaran al sepelio de los difuntos y a acompañar moribundos.
En México, durante el tiempo de la Colonia, la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos, ofreció el servicio de velar por que los fieles tuvieran cristiana sepultura, además de otras pastorales que tenían.
El monte Carmelo o "monte florido", en su traducción, es un espacio privilegiado, donde el encuentro con Dios se ha manifestado con gran fuerza.
Pidamos a nuestra Madre, que cada carmelo siga siendo un huerto lleno de flores distintas que den armonía y belleza en la Iglesia.